EL HECHO PRODIGIOSO DE 1921
El libro del Padre Juan Ruiz (escrito en 1922) se refiere a la ermita de Ntra. Patrona en la cuarta parte de su libro, en el capítulo 2º titulado "Antiguas ermitas" que dice así:
Es uno de los más venerados Santuarios de estos términos. Por su construcción (aunque con las modernas reparaciones ha perdido interiormente mucho de su sabor antiguo) parece remontarse a últimos del siglo Xlll o principios del XlV.
La sagrada imagen de la Stma. Virgen presenta todos los caracteres del tipo general y comunísimo en las imágenes antiguas de escultura, es el de la Virgen-Madre; la Señora está en pie, viste cumplida túnica, manto y velo, y usa calzado más o menos puntiagudo. Cuando, en los siglos posteriores, entró la costumbre de representar a la Stma. Virgen en pie y vestida con ropajes encima de la talla, se mutiló y desfiguró esta sagrada efigie para adaptarla al gusto de la época.
Nos dice la tradición que este precioso tesoro, fue hallado en un pozo que se encuentra próximo a la ermita, llamado La Fuensanta, donde tal vez, la guardaran los antiguos cristianos, para librar a la Señora de las profanaciones de los Sarracenos.
Teniendo en cuenta lo que ya hemos apuntado a cerca de las ruinas que hay en estos contornos: ¿Quién dudará ya de que esta Santa imagen fue la que dio nombre al estado semi-cristiano o Reino de Taifa de Santa María de Al Sahala? ¿Quién no podrá ver en este venerado Santuario al citado en el siglo XV, por el marqués de Santillana, cuando dice:
Faciendo la vía del Calatraveño
a Santa María
rendido del sueño
por tierra fragosa,
perdía la carrera,
do ví la vaquera
de la Finojosa...
En cuanto al título La Antigua, pudo muy bien dárselo por ser hallada como objeto de la antigua veneración de los fieles, o por ser la más antigua de las imágenes de la Stma. Virgen que se veneró en estos contornos; pudo recibirlo también del Rey Alfonso Xl, en sus frecuentes correrías cinegéticas por estos montes, o al pasar con su ejército en 1332, en recuerdo de la de Sevilla, de quien era muy devoto.
La veneración de los fieles a esta Santa imagen se patentiza: en las frecuentes visitas que hacen a su Santuario, a pesar de la distancia (unos 15 km); en los donativos y exvotos; y, sobre todo, en las tres fiestas que en él se celebran. La primera, es la llamada el Cerco de Cera, que tenía por finalidad el que cumplan con el precepto pascual los moradores de todos aquellos cortijos. La segunda es el día que la traen a la villa (Domingo 2º después de Pascua de Resurrección, o el 3º si éste cae en primero de mayo), a cuyo recibimiento acude todo el pueblo, con el Clero y las Autoridades: concurriendo, así mismo, mucho personal de los pueblos circunvecinos; de Valsequillo, la Granjuela, Peñarroya y Pueblo Nuevo. Y la tercera es el domingo infraoctavo de la Natividad de la Stma. Virgen, que es cuando se lleva.
Así mismo, la Virgen benditísima no deja de ayudar a sus devotos con continuos prodigios y favores:
En el pasado año de 1921, sucedió un hecho verdaderamente prodigioso. Un niño de poco más de dos años de edad, en una tarde del mes de abril, llevando a pactar a su predilecto corderillo, se alejó del cortijo o casa de campo y vino a sorprenderle la noche. El corderillo volvió a la querencia de la majada; pero ¿y el niño donde se había quedado? Se presentó la noche: una noche fría y sin luna, únicamente alumbrada por el parpadeo de las estrellas; y sin más ruidos que los aullidos de las fieras y los graznidos de las aves de rapiña. ¡Pobre niño!
¿Dónde estará? Sus padres lo buscaban desolados: lo mismo hacen con verdadero ahínco todos los colonos y vecinos de los cortijos limítrofes: Llevan luces, dan voces, llaman a gritos, pero... ¡el niño no responde! ¿Habrá sido pasto de las fieras? La Guardia Civil, reclamada, acude desde el puesto de Hinojosa del Duque, y patrulla por los alrededores, ¡pero todo sin fruto!
Amanece el día, y los campos se encuentran cubiertos con una blanca sábana de escarcha...¡pobre niño! ¡estará helado!
Mas, he aquí, que, cuando el sol todo lo alumbra con sus rayos, el niño, plácidamente dormido y recostado sobre su bracito, es hallado por unos vecinos.
¿Has tenido frío? ¿Tienes ganas de comer? le preguntan.
No, ha estado conmigo una muchacha
En esto llega el domingo, día señalado para ir por la Stma. Virgen, el niño acompañado de sus padres, acude a la Ermita para entregar a la Virgen de la Antigua el corderito ofrecido por estos en las horas de angustia, pero ¡oh prodigio! al ver a la Señora, exclama:
¡Esa es la muchacha, que estuvo conmigo, me dio de comer y me calentaba!
¡El entusiasmo y el alborozo del pueblo congregado para escuchar misa fue indescriptible! ¡Los gritos y vivas fueron ensordecedores!
Verdaderamente se cumplió una vez más, "que ninguno de los que han acudido a su protección, implorando su asistencia y reclamando su auxilio, haya sido abandonado"
El niño se llamaba Ambrosio Arellano Moreno, hijo de Gregorio y Petra.
Es uno de los más venerados Santuarios de estos términos. Por su construcción (aunque con las modernas reparaciones ha perdido interiormente mucho de su sabor antiguo) parece remontarse a últimos del siglo Xlll o principios del XlV.
La sagrada imagen de la Stma. Virgen presenta todos los caracteres del tipo general y comunísimo en las imágenes antiguas de escultura, es el de la Virgen-Madre; la Señora está en pie, viste cumplida túnica, manto y velo, y usa calzado más o menos puntiagudo. Cuando, en los siglos posteriores, entró la costumbre de representar a la Stma. Virgen en pie y vestida con ropajes encima de la talla, se mutiló y desfiguró esta sagrada efigie para adaptarla al gusto de la época.
Nos dice la tradición que este precioso tesoro, fue hallado en un pozo que se encuentra próximo a la ermita, llamado La Fuensanta, donde tal vez, la guardaran los antiguos cristianos, para librar a la Señora de las profanaciones de los Sarracenos.
Teniendo en cuenta lo que ya hemos apuntado a cerca de las ruinas que hay en estos contornos: ¿Quién dudará ya de que esta Santa imagen fue la que dio nombre al estado semi-cristiano o Reino de Taifa de Santa María de Al Sahala? ¿Quién no podrá ver en este venerado Santuario al citado en el siglo XV, por el marqués de Santillana, cuando dice:
Faciendo la vía del Calatraveño
a Santa María
rendido del sueño
por tierra fragosa,
perdía la carrera,
do ví la vaquera
de la Finojosa...
En cuanto al título La Antigua, pudo muy bien dárselo por ser hallada como objeto de la antigua veneración de los fieles, o por ser la más antigua de las imágenes de la Stma. Virgen que se veneró en estos contornos; pudo recibirlo también del Rey Alfonso Xl, en sus frecuentes correrías cinegéticas por estos montes, o al pasar con su ejército en 1332, en recuerdo de la de Sevilla, de quien era muy devoto.
La veneración de los fieles a esta Santa imagen se patentiza: en las frecuentes visitas que hacen a su Santuario, a pesar de la distancia (unos 15 km); en los donativos y exvotos; y, sobre todo, en las tres fiestas que en él se celebran. La primera, es la llamada el Cerco de Cera, que tenía por finalidad el que cumplan con el precepto pascual los moradores de todos aquellos cortijos. La segunda es el día que la traen a la villa (Domingo 2º después de Pascua de Resurrección, o el 3º si éste cae en primero de mayo), a cuyo recibimiento acude todo el pueblo, con el Clero y las Autoridades: concurriendo, así mismo, mucho personal de los pueblos circunvecinos; de Valsequillo, la Granjuela, Peñarroya y Pueblo Nuevo. Y la tercera es el domingo infraoctavo de la Natividad de la Stma. Virgen, que es cuando se lleva.
Así mismo, la Virgen benditísima no deja de ayudar a sus devotos con continuos prodigios y favores:
En el pasado año de 1921, sucedió un hecho verdaderamente prodigioso. Un niño de poco más de dos años de edad, en una tarde del mes de abril, llevando a pactar a su predilecto corderillo, se alejó del cortijo o casa de campo y vino a sorprenderle la noche. El corderillo volvió a la querencia de la majada; pero ¿y el niño donde se había quedado? Se presentó la noche: una noche fría y sin luna, únicamente alumbrada por el parpadeo de las estrellas; y sin más ruidos que los aullidos de las fieras y los graznidos de las aves de rapiña. ¡Pobre niño!
¿Dónde estará? Sus padres lo buscaban desolados: lo mismo hacen con verdadero ahínco todos los colonos y vecinos de los cortijos limítrofes: Llevan luces, dan voces, llaman a gritos, pero... ¡el niño no responde! ¿Habrá sido pasto de las fieras? La Guardia Civil, reclamada, acude desde el puesto de Hinojosa del Duque, y patrulla por los alrededores, ¡pero todo sin fruto!
Amanece el día, y los campos se encuentran cubiertos con una blanca sábana de escarcha...¡pobre niño! ¡estará helado!
Mas, he aquí, que, cuando el sol todo lo alumbra con sus rayos, el niño, plácidamente dormido y recostado sobre su bracito, es hallado por unos vecinos.
¿Has tenido frío? ¿Tienes ganas de comer? le preguntan.
No, ha estado conmigo una muchacha
En esto llega el domingo, día señalado para ir por la Stma. Virgen, el niño acompañado de sus padres, acude a la Ermita para entregar a la Virgen de la Antigua el corderito ofrecido por estos en las horas de angustia, pero ¡oh prodigio! al ver a la Señora, exclama:
¡Esa es la muchacha, que estuvo conmigo, me dio de comer y me calentaba!
¡El entusiasmo y el alborozo del pueblo congregado para escuchar misa fue indescriptible! ¡Los gritos y vivas fueron ensordecedores!
Verdaderamente se cumplió una vez más, "que ninguno de los que han acudido a su protección, implorando su asistencia y reclamando su auxilio, haya sido abandonado"
El niño se llamaba Ambrosio Arellano Moreno, hijo de Gregorio y Petra.