Pongo voz a mi escrito, para que mi carta llegue cuanto antes al cielo.
Como sabéis, la tierra está siendo asolada por un virus, que está haciendo que la humanidad se sumerja en la tristeza y el dolor.
Señora, una vez más, solicito vuestra ayuda y protección.
Me dirijo a Vos, para pediros Señora, que ayudéis a estos hijos que imploran vuestro favor.
Vos, sois esperanza, para los ángeles que nos cuidan aquí en la tierra. Sois consuelo para los enfermos que se encuentran solos en la cama de un hospital. Sois refugio para cuantos día a día, luchan contra este virus que está angustiando a la humanidad.
Sois auxilio de cuantos a vos acuden.
Por todo esto, a Vos, que habitáis en el cielo, me atrevo a rogaros: seáis intercesora ante vuestro hijo para que nos cuide, sobre todo a nuestros mayores, ellos son un ejemplo de fortaleza y sabiduría. Seáis mediadora en las decisiones de aquellos que velan por nuestro bienestar. Señora, que la luz de vuestro hijo resucitado los ilumine.
Seáis protectora de todos los que luchan y se exponen, para que la soledad en un hospital sea más llevadera, o para darnos seguridad con su vigilancia, o para que no nos falte de nada.
Me atrevo también a pediros Señora:
Que Llenéis de ternura los corazones que más os necesitan.
Que seáis refugio de quienes no encuentran consuelo.
Que deis fortaleza a cuantos están sumidos en la desesperación
Sin otro particular, y sabiendo que mis ruegos y peticiones van a ser atendidas, recibid un saludo de ésta que en vos confía.