Esta peregrinación, promovida por la cofradía de la Antigua y organizada con las parroquias de la localidad bajo el lema Antigua, Sagrario del Corazón de Cristo, ha estado dirigida a los jóvenes y ha formado parte de los actos de clausura del ya finalizado año jubilar del Sagrado Corazón de Jesús con motivo del 90 aniversario de la consagración de nuestra diócesis y el centenario de la consagración de España.
Con el acompañamiento de D. Jesús Enrique Aranda, párroco de la matriz de San Juan y de San Isidro y de D. Jesús Linares, delegado de juventud de la diócesis, un grupo de jóvenes de Hinojosa y de otros lugares de la provincia recorría a pie las dos leguas que separan el pueblo del santuario de la Patrona.
Paralelamente al itinerario de camino, los peregrinos han seguido un recorrido a través de la Sagrada Escritura que ha preparado su corazón para recibir al todo amor y misericordia que es el mismísimo Corazón de Cristo.
Tras el rezo del Rosario por los campos portando el estandarte de la Señora, se celebró la Eucaristía y comenzó la exposición del Señor Sacramentado hasta el alba, momento en el que el santísimo Corpus Christi salió alrededor del santuario haciéndose la bendición de los campos.
Marcados los tiempos por la liturgia de las horas, durante los turnos de adoración en la larga y fría madrugada hinojoseña, los peregrinos pudieron dedicar tiempo a la oración personal, a la alabanza con cantos y a compartir su vida con los hermanos. Generosamente se fueron abriendo las historias de salvación que el Señor está permitiendo en cada uno de ellos. No hay nada mejor para afianzar la hermandad, el amor y la unidad, que compartir la vida con sus alegrías y sus sufrimientos, mostrándose cada uno como es y viendo las maravillas que Dios está haciendo en cada uno.
La alegría de los peregrinos al terminar la intensa jornada vivida junto a la Virgen de la Antigua es prueba palpable del gozo que el Corazón de Jesús ha puesto en cada uno de los participantes.
En el recuerdo quedan tantos momentos emocionantes de recogimiento ante el Señor y de fervor hacía la Virgen. La historia continúa y más pronto que tarde vendrán los frutos de este encuentro con el Amor de Dios encarnado en el Corazón de Jesús.