que el nombre de Antigua quiero,
estimadle y celebradle,
que yo os daré el justo premio.
Rvdo. Sr. D. Patricio Ruiz Barbancho, párroco de San Juan Bautista y San Isidro Labrador; Rvdo. Padre D. Tomás León párroco de San Sebastián; Rvdo. Padre D. Manolo Conde. Señor Presidente, Junta de Gobierno y Directiva de la Muy Ilustre Cofradía de Ntra. Sra. de la Antigua, Patrona y Alcaldesa Perpetua de Hinojosa del Duque. Señor Alcalde y Corporación Municipal del Excmo. Ayuntamiento. Hermanos cofrades, y hermanos todos en Cristo.
Con un fragmento del romance dedicado a Nuestra Señora en su Nacimiento, del escritor Francisco de Quevedo, he querido dar comienzo, a este acto de presentación del cartel de la Romería y Fiestas Patronales, en honor a nuestra Madre María Santísima de la Antigua. Un acto qué en esta ocasión, ha sido encomendado a mi persona, por lo que espero estar a la altura de lo que del mismo se espera. A ti, Madre mía de la Antigua me acojo, para que me guíes en mi intervención.
Nos encontramos a las puertas del V domingo del tiempo de Cuaresma, muy próximos a la celebración del Triduo Pascual, donde conmemoraremos la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo; para adentrarnos así en el tiempo de Pascua. La alegría de la Pascua, de Cristo vivo y Resucitado, nos traerá a todos nosotros a su bendita Madre la Virgen María de la Antigua. María vivió con ilusión, alegría y prontitud la misión de ir por el mundo entero haciendo discípulos del Señor. Permitidme, por tanto, ver esa similitud con la Romería de Nuestra Patrona: María de la Antigua se pone en camino hacia Hinojosa, para anunciarnos que ¡Cristo ha Resucitado!, ¡que la vida ha vencido a la muerte!, ¡que el pecado ha sido aniquilado! Decía el gran S. Agustín, que vivir el tiempo de Pascua consistía precisamente en imitar las virtudes de María. Los hinojoseños, vamos por Ella hasta su Santuario, para tener más cerca su Sagrada Imagen, para qué viéndola a Ella, caigamos constantemente en la cuenta, de que para Dios nada hay imposible.
Jesús, en la agonía de la Crucifixión, pronuncia una frase por todos conocida: “Mujer ahí tienes a tú Hijo, Hijo ahí tienes a tu Madre” encomendando así una misión compartida de amor recíproco entre la Virgen María y todos los cristianos, representados en ese momento por San Juan Evangelista. Este sentimiento ha sido el motivo del Amor, que las generaciones de siglos pasados y del presente, han manifestado y continuamos manifestando, a María Santísima bajo la advocación de la Antigua.
En este año, en el que se cumplen sesenta del Patronazgo de la Santísima Virgen de la Antigua sobre nuestro pueblo, quiero aprovechar esta intervención para esbozar dos ideas claves en este orden: María de la Antigua, devoción de nuestros antepasados y María de la Antigua, Patrona de Hinojosa.
Corrían los años veinte cuando el Padre Juan Ruiz, hinojoseño y prior de los carmelitas de la provincia Bética, decide plasmar en un extenso libro las tradiciones, devociones, costumbres, monumentos y otras muchas cuestiones relativas a su pueblo natal; Hinojosa del Duque. Un proyecto titulado La Ilustre y Noble Villa de Hinojosa del Duque, que ve la luz en el año 1922. Ésta meritoria labor, llevó a su autor a aunar millones de datos dispersos, que yacían en las entrañas de nuestra historia. Éste libro se convierte así en una fuente valiosísima para el caso que nos ocupa; que no es otro, que descubrir cómo se veneraba en tiempos pasados a la Virgen de la Antigua.
En el capítulo II titulado “antiguas ermitas” habla el carmelita, en primer lugar, de la ermita de Ntra. Sra. de la Antigua; destacando: “es uno de los más venerados Santuarios de éstos términos”. “Por su construcción […] parece remontarse a últimos del siglo XIII o principios del XIV”. Esta afirmación nos suscita una pregunta, ¿a qué términos se refería?, pues por todos es sabido, qué a diferencia de otras devociones de nuestro entorno, la Hermandad y la Santa Imagen de la Virgen de la Antigua, ha pertenecido de forma exclusiva a Hinojosa del Duque desde tiempo inmemorial.
Por aquellos años, eran muchas las familias que vivían en pequeñas poblaciones, cortijos y alquerías de aquel entorno: Las Patudas, El Perú, La Toleda, Los Galapagares, el Peñón de la Zarza y La Antigua, son algunos de los más representativos. Entre todos ellos destacaba Las Patudas, la cual era considerada una pequeña aldea, para la que el Santuario de la Antigua llegó a ser como una “parroquia”, sin haberlo sido nunca como tal. Aquí radica el motivo por el que existe constancia escrita de hijos e hijas de familias de aquellos cortijos, que recibían su Primera Comunión en la Solemne Función del día de la Romería.
Volviendo al libro del Padre Juan Ruiz, se nos dice: “La veneración de los fieles hacia esta Santa Imagen se patentiza: en las frecuentes visitas que hacen a su Santuario, a pesar de la distancia; en los donativos y exvotos; y sobretodo, en las tres fiestas que en él se celebran: La primera, es la llamada el Cerco de Cera, que tiene por finalidad el que cumplan con el precepto pascual los moradores de todos aquellos cortijos”. Pero no era sólo esta población, que al fin y al cabo eran hinojoseños, a la que hacía referencia el carmelita. La segunda, decía el P. Juan Ruiz, “es el día que la traen a la Villa (Domingo II después de Pascua de Resurrección, o el III si aquel cae el primero de mayo), a cuyo recibimiento acude todo el pueblo, con el Clero y las Autoridades. Y la tercera es el domingo infraoctavo (es decir, en los ocho días previos a la festividad) de la Natividad de la Santísima Virgen (que la Iglesia celebra el día 8 de septiembre), que es cuando se la llevan.”
Por aquellos años, la devoción a la Virgen de la Antigua se extendía notablemente más allá de los límites del término de Hinojosa; llegando a pueblos del Alto Guadiato como es el caso de Peñarroya, Pueblo Nuevo del Terrible, Valsequillo y la Granjuela; era a éstos a los que se refería el P. Juan Ruiz. Desde allí, acudían numerosas personas hasta el Quinto de La Antigua, lo que encaja con la información recogida en otras fuentes, tales como publicaciones de prensa de la época, otorgando esto rigor y verosimilitud a lo indicado por parte de Juan Ruiz. En la revista de difusión provincial titulada “Revista Mariana” encontramos varios artículos sobre la Romería de la Antigua en los años 20 del siglo pasado. En uno de ellos, un vecino de Valsequillo relata su experiencia: “A nosotros nos salió el sol por el camino del Santuario, y todos los caminos que confluyen al mismo parecían hormigueros, personas de todos los pueblos comarcanos que se dan cita y vienen a reunirse en este día venturoso para los creyentes, a los pies de nuestra amantísima Virgen”. En otro artículo, de esa misma década se dice: “esta imagen está desde el mes de septiembre expuesta al culto de los campesinos, los cuales con su asistencia y la de centenares de devotos de todos los pueblos de la comarca, celebran la función de despedida saliendo el mismo día hasta Hinojosa del Duque.”
Más allá de lo relativo a los pueblos limítrofes, la gran devoción de Hinojosa a la Virgen de la Antigua, ya se destacaba también en publicaciones de prensa de la época; como es el caso de un artículo publicado en 1924 y atribuido a un “seminarista de Hinojosa”, el cual comenta en alusión a la Romería: “Allí se canta Misa Solemne y se predica la palabra de Dios con tanta afluencia de fieles, que no caben dentro de los muros del espacioso templo, haciendo cola la concurrencia en las puertas”. Más adelante, tras relatar el camino hasta Hinojosa afirma: “cuando se acerca al pueblo la comitiva, las campanas al vuelo anuncian su llegada […] el pueblo en masa espera en las afueras. Gran número de jóvenes labradores, con sus cabalgaduras engalanadas con colchas de colores […], llegan hasta la plaza anunciando como precursores la llegada de la Sagrada Imagen. El clero parroquial, y la imagen de Jesús Resucitado, sale procesionalmente al encuentro de la imagen de la Virgen de la Antigua”.
En ese periodo de nuestra historia, tiene lugar también el Hecho Prodigioso por todos conocido. Concretamente, en abril de 1921. El Padre Juan Ruiz realiza una descripción detallada de aquel acontecimiento, y comienza diciendo: “El pasado año de 1921 sucedió un hecho verdaderamente prodigioso. Un niño de poco más de dos años de edad, en una tarde del mes de abril, llevando a pastar a su predilecto corderito, se alejó del cortijo o casa de campo y vino a sorprenderle la noche. El corderito volvió a la querencia de la majada; pero ¿y el niño dónde se había quedado? Se presentó la noche, una noche fría y sin luna, únicamente alumbrada por el parpadeo de las estrellas; y sin más ruido, que los aullidos de las fieras y los graznidos de las aves de rapiña. ¡Pobre niño! ¿Dónde estará? Sus padres lo buscaban desolados, lo mismo hacen con ahínco todos los colonos y vecinos de los cortijos limítrofes…llevan luces, dan voces, llaman a gritos, pero el niño no responde. ¿Habrá sido pasto de las fieras? La guardia civil reclamada, acude desde el puesto de Hinojosa y patrulla por los alrededores, pero todo sin fruto.
Amanece el día y los campos se presentan cubiertos con una blanca sábana de escarcha. ¡Pobre niño! ¡Estará helado! Más he aquí que cuando el sol todo lo alumbra con sus rayos, el niño, plácidamente dormido y recostado sobre sus bracitos, es hallado por unos vecinos. ¿Has tenido frío? ¿Tienes ganas de comer? No, ha estado conmigo una muchacha.
En esto llega el domingo, día señalado para ir por la Santísima Virgen. El niño acompañado de sus padres, acude a la ermita para entregar a la Virgen de la Antigua el corderito ofrecido por estos en las horas de angustia, pero oh prodigio, al ver a la Señora, exclama:
¡Esa es la muchacha que estuvo conmigo, me dio de comer y me calentaba!
¡El entusiasmo y el alborozo del pueblo congregado para oír Misa fue indescriptible! ¡Los gritos y vivas fueron ensordecedores! Verdaderamente se cumplió una vez más, que ninguno de los que han acudido a su protección, implorando su asistencia, y reclamando su auxilio, haya sido abandonado. El niño se llamaba Ambrosio Arellano Moreno hijo de Gregorio y Petra.
Es este el contexto real que sirve de precedente y de semilla para lo que sucedería años después, una semilla que germina el 22 de noviembre del año 1957, el día en el que la tradición centenaria, mil veces memorable, se arraigó solemnemente en el corazón de todos los hinojoseños. La Virgen María, en su advocación de la Antigua, es proclamada Patrona de Hinojosa.
¡Qué mejor intercesora ante el Padre que su bendita Madre, la Virgen María, la llena de gracia, la bienaventurada, pura y sin mancha, la Madre de Dios! Gracias a todos aquellos hombres y mujeres que un día se embarcaron en tan piadosa tarea, hoy todos podemos decir que hace 6 décadas que Hinojosa tiene a la Virgen María de la Antigua, como abogada ante el Padre.
La primera vez que la Virgen de la Antigua viene al pueblo como Patrona, es en la Romería del año 1958, motivo por el cual se incorporaran algunas novedades a la tradicional Romería. Se celebró una Solemne Novena del 19 al 27 al marzo, dando ésta comienzo el sábado de la Velá en el Santuario, siendo predicada por distintos sacerdotes hijos de Hinojosa. A la llegada de la Virgen a San Gregorio, se estrenó el Himno que hoy todos conocemos, cuya composición fue realizada por el Padre carmelita Hilarión Mª Sánchez Carracedo, siendo interpretado por la Schola Catorum del Colegio y la Banda Municipal de Música, bajo la dirección de Jesús Blanquer; compositor y hermano Mayor de dicho año. Tras éste acto, la bendita imagen de la Virgen de la Antigua, hizo su Entrada Triunfal por las calles engalanadas con arcos de triunfo hasta llegar a la plaza, donde ante la mirada testimonial de la gran concurrencia allí reunida, el entonces Alcalde, entregó a la Santísima Virgen los atributos de mando de la ciudad. Hinojosa veía así cumplido el deseo manifestado en ese mismo momento justo un año antes. Fue entonces cuando según recoge una carta de D. Manuel Murillo (Párroco de S. Juan Bautista en aquel momento) “más de 7.000 personas que llenaban la plaza de la población, pidieron a una sola voz a las autoridades allí presentes, que solicitaran a las autoridades eclesiásticas competentes, fuera nombrada Patrona la Santísima Virgen de la Antigua”.
La Novena que empezó en 1958, se mantuvo hasta el año 1973, cuando ésta fue sustituida por un Triduo. El pasado año, se recuperó ésta Novena, que volvió así al programa de cultos cuarenta y tres años después; todo sea para mayor gloria y honor de Santa María de la Antigua.
En 1958 se componen también por parte del Padre Hilarión y Jesús Blanquer, los Gozos a nuestra Señora de la Antigua, una composición musical en la que merece la pena detenerse por su profundo significado. Los Gozos se componen de 18 estrofas y un coro o estribillo que se repite entre las mismas, que reza así:
Pues sois celestial Señora
de Hinojosa luz y guía,
dulce Patrona María,
salvadnos en toda hora.
En los Gozos se recogen los principales hechos acaecidos, de los que existe constancia, oral o documental, en relación a la devoción hinojoseña a la Virgen de la Antigua: la ocultación de la imagen en el Pozo de la Fuensanta para librarla de las profanaciones de los sarracenos, el paso del rey Alfonso XI por estas tierras en 1332, la Serranilla del Marqués de Santillana a la Vaquera de la Finojosa, el Hecho Prodigioso, las Romerías, la reconstrucción del Santuario, etcétera. De todas las estrofas, quiero destacar una de ellas que da al Patronazgo de la Antigua, un sentido profundamente devocional y cristiano, poniendo de manifiesto ese compromiso de Amor entre Hinojosa y su bendita Madre, al que hice referencia al comienzo de mi intervención:
“Vuelva tu dulce cayado a regir nuestros destinos”
realizando así la plegaria a la Madre, lo que suscita la respuesta recíproca del pueblo
“que en todos nuestros caminos será tu nombre ensalzado”.
a lo que añade:
“Hinojosa lo ha jurado, y lo cumplirá, Señora.
Y así, la Virgen de la Antigua concedió a Hinojosa el honor de ser su mediadora ante el Padre, para lo que el pueblo se compromete a rezarle, honrarla y venerarla. Ahí vemos esa reciprocidad de Amor que se manifiesta en la escena bíblica a los pies de la Cruz. Ésta concepción emana también en otras partes de las Sagradas Escrituras. En el evangelio según San Mateo (Mt 7,7-12) se nos dice: “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abre”. Todos los que nos considerados cofrades o devotos de la Santísima Virgen de la Antigua, sabemos que Ella espera impaciente nuestras súplicas, visitas y oraciones para elevarlas a su Hijo, el divino pastorcito que lleva en su regazo. Acudir a María no nos llevará nunca como destino final a Ella misma, sino a Dios.
Desde entonces y hasta nuestros días la semilla germinada el año del Patronazgo, ha ido creciendo y continúa haciéndolo día a día, año a año. María, es el atajo para llegar a Dios, Ella fue el primer Sagrario que cobijó en su interior al Verbo encarnado.
Todos somos conscientes que el devenir de los tiempos trae consigo cambios que afectan a todos los ámbitos de la vida y costumbres de un pueblo, pero hay algo que permanece: el Amor recíproco entre la Virgen de la Antigua y sus hijos. Porque como diría con otras palabras el Coro Romero San Isidro: “Hay cosas que no cambian porque la Virgen no quiere, y cada año en tu ermita, ¡Madre! Ante tus plantas nos tienes”.
Pasamos así a la segunda parte de este acto. Reclamo para ello, al Presidente de la Cofradía me ayude a descubrir el cartel.
El cartel que nos anuncia la Romería y venida de la Virgen en este año es obra de D. Antonio Javier Cortés, Tesorero de la Cofradía, quién ha llevado a cabo la labor del diseño y concepción de la idea, siendo ésta plasmada y desarrollada por la Imprenta Buenestado.
En el mismo, contemplamos a María de la Antigua como Reina. Realeza, que en ningún caso sustituye su misión de Madre, sino que es un atributo de su peculiar Misión maternal y explica, simplemente, el poder que le fue concedido para cumplir dicha misión. Tal y como manifestaba el Papa Pío XII, la Virgen María tiene un afecto materno y se interesa por nuestra salvación, Ella extiende a todo el género humano su solicitud. Establecida por el Señor como Reina del cielo y de la tierra, elevada por encima de todos los coros de los ángeles y de toda la jerarquía celestial de los santos, sentada a la diestra de su Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, obtiene con gran certeza lo que pide con sus súplicas maternas; lo que busca, lo encuentra, y no le puede faltar.
En los Misterios del Rosario contemplamos también la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos, un misterio que está íntimamente ligado a su coronación como Reina del Cielo y Tierra. El sentido eclesiástico de éste misterio, se muestra claramente en el libro del Apocalipsis “una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”. María es Reina de toda la Creación y Madre de toda la Iglesia.
En cuanto a la simbología del cartel, podemos destacar lo siguiente:
- Reproduce el azulejo sito en la pared trasera del actual salón de la Hermandad. Tiene una inscripción que dice: “Ntra. Sra. de la Antigua, Patrona de Hinojosa del Duque. Ofrecido por el Ilmo. Padre Hilarión Mª Sánchez Carracedo, Orden Carmelita, Hijo de este pueblo -1957-. Es éste azulejo el primer testigo gráfico, en el que se reconoce a la Virgen María de la Antigua como Patrona de nuestro pueblo.
- El azulejo original se presenta enmarcado por una cenefa con dibujos de estilo plateresco, al igual que los que adornan la portada de esta Iglesia, mostrando en la parte inferior el anagrama VA D LA, que significa Virgen de la Antigua. En la parte superior del mismo se nos presenta una cara de mujer con dos dragones a los lados, lo que alude al triunfo del bien sobre el mal en la persona de María.
- En el cartel vemos también dos ángeles sentados sobre una peana, uno a la izquierda y otro a la derecha: El de la derecha porta un ramo de azucenas, signo de la virginidad perpetua de María, y un mástil con forma de Cruz desde el que ondea una bandera. Dicho mástil, se alza sobre una esfera que representa el orbe creado por el Padre, y salvado por Cristo que Reina sobre él. Es, por tanto, un símbolo de la realeza de Cristo y por extensión de la de la Virgen María. La bandera de color blanco alude a la Pascua, que es el triunfo de la vida sobre muerte.
El ángel de la izquierda lleva en sus manos el sombrero de Pastora, lo que nos recuerda que Ella es siempre Pastora de nuestras Almas.
- Sobre la peana, se nos muestra el escudo de Hinojosa con la simbología de comienzos de siglo XX. En concreto, éste escudo se encuentra en la plaza de España de Sevilla; que fue inaugurada en el año 1929.
- En el cartel leemos la siguiente inscripción: Regina Foeniculosae Ducis. Regina significa Reina y Foeniculosae Ducis es la versión latina de Hinojosa del Duque. Ella es la Reina de Hinojosa del Duque.
Una vez descritos los principales detalles del cartel que nos anuncia la próxima Romería, quiero poner fin a este acto, haciendo apelación a ese Amor recíproco que describía anteriormente, María de la Antigua e Hinojosa; Hinojosa y María de la Antigua. No olvidemos nunca que el regalo más hermoso que el Señor nos da a sus hijos es su Madre, y el milagro de su Amor.