Un siglo después, el Papa Sergio I, introduce la fiesta en la liturgia romana y el día 8 de septiembre se instituyen solemnes procesiones hasta la basílica de Santa María la Mayor en la Ciudad Eterna.
A partir de ese momento, toda la cristiandad celebra solemnemente el nacimiento de la Madre de Dios. Grandes santos escriben magníficas homilías alabando a la Santa Virgen considerando su nacimiento como el inicio del gozo de la salvación.
Todavía resuena el antiguo himno en la liturgia del 8 de septiembre:
Hoy nace una clara estrella,
tan divina y celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace de ella.
Que la Natividad de la Virgen María era tenida como una fiesta mayor mariana, queda más que probado si consideramos la cantidad de Patronas que se celebran o se han celebrado en esta fecha. Por poner un ejemplo relevante y de devoción en Hinojosa, el 8 de septiembre sigue siendo la fiesta principal de la Virgen de Guadalupe en Extremadura.
Refiriéndonos a la Virgen de la Antigua, parece que la vuelta de la Virgen a la ermita, estaba establecida originariamente el día 8 de septiembre. Una fecha muy señalada para que concurriera al santuario la nutrida población de campesinos que vivía en el entorno, incluidos los habitantes de Las Patudas.
Hay en Hinojosa del Duque otros dos casos muy similares en los que la fecha de venida de las imágenes al pueblo es convencional y, sin embargo, los regresos a sus respectivas ermitas coinciden con fiestas importantes.
La Virgen de Guía viene a Hinojosa el primer domingo de mayo, en cambio, la Virgen volvía a entrar en su ermita al atardecer del 14 de agosto, entendiéndose que el día de la Asunción debía estar allí, pero teniendo Hinojosa el derecho de hacer esa noche velada y función el 15 de agosto, temprano, en el santuario.
San Bartolomé, con una enorme devoción en el pueblo en otros tiempos, celebraba su venida en mayo, de cara a la participación de su imagen en la procesión del Corpus, sin embargo, la vuelta a su ermita se ha mantenido invariable el día 24 de agosto, fiesta litúrgica del santo Apóstol.
Cabría preguntarnos si no serían más importantes las romerías y fiestas de vuelta de las imágenes a sus ermitas que las de venida al pueblo, dada la importancia de las fiestas en las que volvían, al menos en los tres casos que se han expuesto.
Quizá fue así y en algún momento histórico se invirtió el sistema y la balanza se inclinó, hasta el día de hoy, por la mayor celebración de las romerías de venida al pueblo.
En el caso de la Virgen de la Antigua, la fecha del 8 de septiembre sigue pesando entre los hermanos más veteranos de la cofradía como una fiesta que debía celebrarse en el santuario con la presencia de la sagrada imagen de la Señora.
Sin embargo, esta fecha se abandona en un momento dado. Puede que influyera el hecho de que a principios del siglo XX, el Papa san Pío X excluyera la Natividad de la Virgen de la lista de las fiestas de precepto y, desde luego, hacer el traslado siempre en domingo es una razón que sumar a la anterior, además de otros motivos que se puedan contemplar.
En 1921, el padre Juan Ruiz, escribe en La Ilustre y Noble Villa, que la santísima Virgen era devuelta a su santuario el domingo infraoctavo de la Natividad de la Virgen, es decir, el domingo incluido en los ocho días anteriores a la Natividad, lo que es correctamente interpretado por el pueblo como “primer domingo de septiembre” que, en todo caso, sigue siendo una fecha dependiente de la fiesta del día 8, aunque ésta, en algún momento, dejara de celebrarse en el santuario.
Los estatutos de 1956, también establecen que el regreso de la Virgen al santuario es el domingo infraoctavo de la Natividad de la Santísima Virgen, no obstante, durante las décadas de los 50 y de los 60, la llevada de la Virgen varía, decidiéndose la fecha más conveniente en las reuniones generales de hermanos, devolviéndose a la ermita alguna vez el mismo día 8, como en el año 1963 y, en la mayoría de los casos, manteniendo el primer domingo de septiembre como ya era tradición y reconocían los estatutos. En todo esto se aprecia que, en la memoria colectiva, está la fiesta de la Natividad como hito orientativo para este traslado.
A partir de la década de los 70, el primer domingo de septiembre queda como fecha incuestionable del traslado de la Virgen santísima a su santuario, no habiendo vuelto a haber variaciones desde entonces.
Aún así, no está de más recordar que este primer domingo de septiembre entra dentro de la octava preparatoria para la fiesta de la Natividad de María, que los estatutos antiguos establecen la fecha de llevada en relación a la Natividad y que -aunque hace ya más de un siglo- en Hinojosa, el 8 de septiembre, era día de la Virgen de la Antigua.
Feliz camino de regreso de nuestra Patrona a su santuario.
Domingo infraoctavo de la Natividad de la Santísima Virgen de 2019.
Autor: D. Antonio Javier Cortés.