Este año 2021, con motivo del centenario del afamado milagro de 1921, que documenta el P. Juan Ruiz en la Ilustre y Noble Villa de Hinojosa del Duque, y a raíz de la declaración de la ermita como Santuario por el obispo de Córdoba, la Cofradía ha llevado a cabo la decoración de la bóveda del presbiterio como acción de gracias a la Patrona de los hinojoseños y para dar mayor dignidad a la casa de la Virgen en Hinojosa.
Las pinturas han sido realizadas por el pintor pontanense Javier Aguilar y se van a costear gracias a los hermanos de la Cofradía, así como a las donaciones de fieles devotos de la Santísima Virgen de la Antigua.
La iconografía representada en la bóveda ha sido elegida por la Junta de Gobierno, buscando dejar constancia de la historia de salvación, así como de los hitos más importantes en la historia de nuestra Patrona.
La antigua ermita, como tantos templos medievales, tiene orientación este – oeste (a diferencia de otras ermitas de la época, cuya orientación es aproximada), de forma que el altar mayor apunta al Santo Sepulcro de Jerusalén, donde se produjo el acontecimiento más importante de la historia: la resurrección de Jesucristo.
En el altar, podemos contemplar a Cristo encarnado en los brazos de la Virgen de la Antigua, en el ático lo contemplamos crucificado y en la bóveda, resucitado, sirviendo estos tres momentos vitales de compendio de la obra redentora de Jesús.
Esta representación del resucitado en el paño frontal de la bóveda, no solo responde a la importancia de este misterio fundamental que es la base del cristianismo, sino que también está ahí para presidir la romería principal de la Virgen, que se celebra en torno al tercer domingo de Pascua, en la que la Virgen es trasladada a Hinojosa del Duque. Por eso, detrás del Resucitado, aparece la silueta de la torre de San Juan, recordando la venida de la Virgen a nuestro pueblo en tiempo de Pascua. En la cinta pone: “Reina del Cielo alégrate, aleluya, porque resucitó en verdad el Señor, aleluya”, del saludo de Pascua a la Virgen, Regina Coeli.
En el plemento contrapuesto a este del Resucitado, se representa la Natividad de la Virgen. En la escena aparecen san Joaquín y santa Ana que sostiene en sus brazos a la Virgen niña. Tras un cortinaje, al fondo de la escena hay una vista del santuario, pues este día de la Natividad es la fecha tradicional de la vuelta de la Virgen al campo, aunque, al menos, desde las primeras décadas del siglo XX, este traslado empezó a realizarse el domingo anterior al 8 de septiembre, la Natividad sigue siendo la fecha de referencia y este día debe estar la Virgen, sin falta, en su santuario. Al pie está inscrito: “Canten hoy, pues nacéis Vos, los ángeles gran Señora”, de un himno de la Natividad de la Virgen María.
En los plementos transversales se han representado dos escenas relacionadas con la historia de la devoción a Santa María de la Antigua en Hinojosa del Duque. En un lado se plasmado la aparición de la Virgen en el pozo de la Fuensanta. Sobre el pozo, rodeada de nubes y aureolada con una mandorla mística, está la Virgen gótica, todavía sin los ropajes de tela con los que la conocemos, que se añadieron en siglos posteriores. En la Fuensanta aparece la inscripción “siglo XIII”, época de la aparición. Los ángeles que portan el medallón de esta escena sostienes en sus manos el sombrero y el báculo de Pastora, como preludio de las romerías de Virgen. La cinta obstenta la siguiente inscripción: “Eres manadero de paz y de gloria, Fuensanta de Amor de Dios”, de la Salve a la Virgen de la Antigua.
Al otro lado, la Virgen de la Antigua está representada con sus actuales galas de reina y con el bastón de alcaldesa perpetua, en el cielo, sobre una vista panorámica del pueblo de Hinojosa, haciendo alusión a la protección de la Stma. Virgen sobre el pueblo a raíz de la declaración de su patronazgo. Uno de los ángeles que sostienen este medallón porta el escudo de Hinojosa del Duque. En la cinta se puede leer: “Dulce Patrona, María, salvadnos en toda hora”, de los Gozos a la Virgen de la Antigua.
Estas escenas, pintadas al óleo, están enmarcadas por medallones de estilo rococó dorados con pan de oro y adornados con ramos de rosas, sostenidos por dos ángeles en medio de un celaje que evoluciona de los rosas y ocres a los azules. Todo el conjunto reposa sobre ramas de jara en flor que parten de los arranques de los nervios de la bóveda.
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