A la llegada al Santuario se entonaron los tradicionales cantos para pedir la lluvia tan necesaria para nuestros embalses y nuestros campos confiados en que la "Virgen de las Aguas" nos bendecirá con el agua abundante si se la pedimos con fe. Posteriormente, se celebró la Santa Misa que fue cantada por el coro de catequistas de la parroquia de San Isidro Labrador.