El niño perdido, Ambrosio Arellano Moreno, se representa dormido y recostado sobre su bracito junto a una roca, portando en sus manos un ramito de amapolas y cebada como símbolo de ofrenda. Sobre el niño, los pliegues de la saya lo arropan para que no pase frío. Estos pliegues dejan ver el reverso de la saya, que está formada de un cielo lleno de estrellas que representan todas las almas que ya están descansando bajo la protección de la Virgen. El sutil detalle del revoloteo de una mariposa, hace referencia a la esperanza de la Resurrección de Jesucristo y a la fecha de la tradicional romería que tiene lugar cada año el tercer domingo de Pascua.
Como fondo de la escena, se puede observar el campo que rodea a la
ermita de la Virgen de la Antigua, con encinas, cebada y algunas amapolas, bajo un cielo típico de un atardecer, que nos muestra tonalidades anaranjadas sobre las montañas pero que se torna a azul y negro en la parte superior, dejando entrever las estrellas del firmamento y la Luna.
En la parte superior derecha de la composición, algunas ramas de encina con bellotas sirven de "palio" que cobija a la Stma. Virgen y que representan a todo el pueblo de Hinojosa que la cuida desde hace siglos.
La tipografía presente en el cartel es de inspiración modernista, estilo que imperaba en los años veinte del siglo pasado y que fue bastante prolífico precisamente en la producción de carteles.