Pues sois celestial Señora
de Hinojosa, luz y guía,
dulce Patrona, María,
salvadnos en toda hora.
Sr. Presidente de la Muy Ilustre Cofradía de Ntra. Sra. de la Antigua.
Junta Directiva, cofrades y hermanos todos.
Me contaban hace varios años, que un religioso ermitaño, yendo de casa en casa en busca de flores para adornar la imagen de la Stma. Virgen decía: “Estamos en mayo y no es justo ni decoroso que pudiendo, como podemos, esté sin flores en el altar la que es reina de todas ellas” y, con tal insistencia la pedía, que lograba convertir la ermita en un precioso jardín, entre cuyas flores brillaba María, madre y reina de la belleza. Es una tarea muy digna ésta, ahora que entramos en mayo, mes dedicado a María. En nada mejor pueden emplearse las flores que en adornar los altares de Ntra. Sra.
Ella es la Madre de Dios, culmen de todas las bellezas del universo. En su corazón ha encerrado los más delicados aromas con los que nuestro espíritu queda impregnado. Jardín de Dios, paraíso de la Trinidad santísima, huerto cerrado, flor de las flores. Flor tan pura, tan santa, tan divinamente bella, que ha sido digna de encerrar en su virginal seno al fruto divino, Cristo Jesús. Y siendo las flores, la expresión más clara de la vida y hermosura de la naturaleza, como realidad y símbolo, venimos a su altar a ofrecerlas.
Los santos padres de la Iglesia, teólogos y devotos de María, han sabido construir un magnifico trono con una acertada inscripción “MARIA, MADRE DE LA DIVINA GRACIA”.Esta frase, contiene dos temas íntimamente unidos, María es madre de la divina gracia, es decir: Madre de Jesucristo, el cual es fuente de la gracia, causa principal de la redención y mediador único ante el Padre. Y segundo, María es la dispensadora de todas las gracias, que el Cielo derrama sobre todos nosotros.
Sorprende en realidad, ver como Dios se vale de una criatura para manifestarse a los hombres con toda la grandeza de su Ser, pero resplandece en esto la sabiduría infinita, al escoger los medios más cercanos a nuestra naturaleza para alcanzar el Cielo desde la pequeñez de la tierra.
La manifestación de Dios a los hombres, por medio de la encarnación, es un hecho tan grande que parece poner límites a la misma omnipotencia divina, pues no puede hacer Dios más por el hombre.
La expresión MADRE DE DIOS, resume por sí sola todo el cristianismo. María, Madre de Dios, coopera con Jesús en la salvación de las almas, en la redención humana. San Jerónimo expresa este pensamiento en la forma siguiente: “La muerte, por Eva y la vida, por María”.
Eva, madre del género humano, nos dio la vida natural, pero María es la madre de todos en la vida de la gracia, unida a su maternidad divina se encuentra su maternidad espiritual. A ella pertenecemos, con Jesucristo como primogénito, todos nosotros. La obra entera de la redención aguardó su consentimiento: “Hágase en mí según tu Palabra”, este ofrecimiento de la Virgen es el punto de partida de la historia sobrenatural de la raza humana.
Por ello, el arte y la poesía, han unido inseparablemente la cuna y la cruz. Nada más acertado en su expresiva realidad, porque, desde el mismo instante de la encarnación, María ofreció a su Hijo a la voluntad del Padre y en esta voluntad se hallaba incluida la obra entera de la redención, hasta el sacrificio. Esta oblación de María fue continua en todo momento de su vida. Ella engredó a Jesús, lo alimentó, lo protegió con un solo propósito: Que cumpliera la misión que Dios le había encomendado.
Como he mencionado anteriormente, mayo, el mes dedicado a María está a las puertas. Ya cesaron los días fríos de invierno, llegó la primavera y, con ella, la alegría y los días templados y espléndidos. Los campos han comenzado a vestirse con un manto verde bordado de bellísimos colores; los jardines, que hasta hace pocos días estaban tristes y desolados, se cubren de flores que impregnan de aroma el aire; los pajarillos, que hasta ahora parecían mudos, forman un concierto armónico con las melodiosas notas de sus gargantas de oro; el sol brilla más esplendoroso y luciente, el cielo viste su manto azul y aparece mucho más esplendido que en las demás estaciones del año. Todo parece cobrar nueva vida, los árboles se visten de verde y nuevo ropaje, los jazmines y celindas se visten de blanco y oloroso vestido.
En medio de esa armonía, en medio de ese concierto, en medio de esa vida y en medio de ese ambiente, todos los ojos están fijos en una figura llena de hermosura y de esplendor; todos los corazones se unen para adorar a un solo ser; todos los labios alaban a coro a una mujer excelsa, todos los amores se fijan en un solo ideal; de todos los pechos brota una plegaria, que sube hasta el trono de una reina y por todas partes se bendice un nombre: ANTIGUA. MARÍA DE LA ANTIGUA es la figura objeto de todas las miradas, el ser a quien adoran todos los corazones, la mujer a quien adoran todos los labios, el icono en el que se fijan todos los amores, la reina hasta cuyo cerro se elevan las plegarias y el nombre santo que por todas partes se bendice y
y nuestra fe lo atestigua
que eres, Virgen de la Antigua,
la Patrona de Hinojosa.
La población jubilosa
te rogó ese honor ¡SEÑORA!
Sella ese pacto de honor,
y séllalo, de tal suerte,
que no pueda ni la muerte
arrebatarnos tu amor.
Y al fin, el premio mejor
que nos des, sé tú, Señora.
El cartel que se nos presenta es obra de Cristina Castilla Muñoz y ha sido donado por un grupo de devotos de la Virgen. Está realizado en las técnicas de acuarela y lápiz. La maquetación de la obra ha sido realizada por los talleres de artes gráficas Buenestado de nuestro pueblo, y los carteles se han impreso en la imprenta provincial por gentileza del excelentísimo Ayuntamiento.
Podemos observar que consta de dos partes creando un conjunto armónico de colores y escenas. En la parte superior aparece nuestra Madre con traje brocado en oro y sedas, con los atributos de pastora como son, la capa, el cayado y los sombreros que se posan sobre las benditas sienes de María y el divino Infante; también porta el bastón de alcaldesa como corresponde al título de Alcaldesa Perpetua, que ostenta desde el año 1957, cuando fue declarada patrona de nuestra ciudad. Flanquean a la Virgen, dos columnas de flores que rememoran a los varales de sus andas y que sujetan el dosel que da cobijo a su bendita imagen.
Como escribiera el Padre Hilarión Sánchez Carracedo, carmelita, en los gozos a nuestra patrona:
en un pozo te ocultaron,
y siglos después te hallaron
por milagro conservada.
Tu imagen fue una alborada
para Hinojosa, ¡Señora!
Tu aparición milagrosa
dio el nombre de la Fuensanta
al pozo donde tu planta
dejo su huella amorosa.
Allí fue donde Hinojosa
te aclamo su protectora.
Podemos apreciar, plasmada pictóricamente en el cartel, la primitiva imagen de la Virgen que, como nos relata el carmelita fray Juan Ruiz, “la Señora está en pie, viste cumplida túnica, manto y velo, y usa calzado más o menos puntiagudo. Cuando, en los siglos posteriores, entro la costumbre de representar a la santísima virgen en pie y vestida con ropajes encima de la talla, se mutilo y desfiguró esta sagrada efigie para adaptarla al gusto de la época.”
de tu admirable invención,
invitó a la población
que fue a buscar tu caricia.
Y, porque siempre propicia
entonces lo fue y ahora
dulce Patrona, María,
sálvanos en toda hora.
Cortó el amor lejanías
de ciudad y caseríos.
Y entre encinares bravíos
se oyeron Ave-Marías.
Era un mar de romerías
que iban a verte, Señora.
La romería que hemos celebrado año tras años y que hemos cuidado como un hermoso ritual, podemos verla descrita en el testimonio de un vecino de Valsequillo en el año 1929 y que nos narra: “El domingo último de abril, fue la Solemne Función Religiosa que anualmente se celebra en el Quinto de la Antigua en honor a la Virgen del mismo nombre, he visto la procesión de la Virgen por el campo, llegar a la Fuensanta, donde cuenta la tradición que fue aparecida a un pastor; he visto bendecir al presbítero D. Ignacio Carretero con un ramón de encina esponjado en esa fuente a todos los fieles y a sus campos; he visto cuando la Virgen subía la cuesta de la ermita destacarse unas lindas señoritas de Valsequillo y entonar junto a nuestra Madre cánticos de amor y de clemencia para que envíe el agua bendita a nuestros campos. He visto disputarse hombres y mujeres el honor de llevar las andas de la Virgen; he visto a la terminación de la función religiosa a numerosas familias, padres, hijos, hermanos, novios y novias disfrutar de opíparas meriendas sirviendo el verde prado de la sierra de aristocrático comedor.”
También el Padre Juan Ruiz en su libro La Ilustre y Noble Villa de Hinojosa del Duque nos describe las tres fiestas que se celebraban en el santuario: “La primera, es la llamada del Cerco de Cera, que tiene por finalidad el que cumplan con el prefecto pascual los moradores de todos aquellos cortijos. La segunda es el día que la traen a la villa, a cuyo recibimiento acude todo el pueblo, con el clero y las autoridades: concurriendo, así mismo, a su ermita, mucho personal de los pueblos circunvecinos; de Valsequillo, la Granjuela, Peñarroya y Pueblo Nuevo del Terrible; y la tercera, es el domingo infraoctavo de la Natividad de la Santísima Virgen, que es cuando se la llevan.”
A los lados de la escena aparecen dos textos, en la izquierda un fragmento de los gozos anteriormente nombrados que hace alusión a la aparición de la imagen de la Virgen y en la parte derecha, en latín FONS SIGNATA, HORTUS CONCLUSUS (FUENTE SELLADA, HUERTO CERRADO) del Cantar de los Cantares. Símbolos del Esposo y la Esposa del Cantar son Jesucristo y la Iglesia, su amor mutuo, su unión verdaderamente inefable. Otra referencia es el amor de Jesucristo por la Virgen María.
Por último, corona el cartel el texto “Romería de la Antigua, IV domingo de Pascua, fiestas patronales del 10 al 18 de 2019 Hinojosa del Duque, Córdoba”.
Que vivamos esta romería y venida de la Virgen en torno a Nuestra Madre de la Antigua, fuente inagotable de amor.
¡Viva la Virgen de la Antigua!
¡Viva la Madre de Dios!
¡Viva nuestra Patrona!